Por Luis Santiago Arce / larce@elnuevodia.com
Guaynabo - Eran las 4:00 en punto de la tarde cuando el derecho Ángel Méndez hizo el primer lanzamiento del juego, y a las 7:01 de la noche se acabó con 'foul fly' de Héctor Rodríguez a primera base.
En fin, los Llaneros de Toa Baja se tardaron tres horas y un minuto (3:01:00) para vencer 4-1 a los anfitriones Mets de Guaynabo en el Estadio José ‘Pepito’ Bonano, a pesar de que el juego estuvo unos instantes detenidos por la discusión que provocó la expulsión del dirigente visitante, Abner Ortiz, padre, en la séptima entrada.
Nada mal si se toma en consideración que la tendencia normal en el béisbol superior Doble A era de ver desafíos de, al menos, cuatro horas de duración, con suerte.
Tal parece que las medidas adoptadas a principios de la campaña para acelerar el ritmo de los juegos ha tenido buen dividendo, aunque es posible que a los vendedores de las cantinas y a los productores de las transmisiones radiales no le resulte muy simpático.
“Eso va muy bien. Ha habido juegos de 2:15, 2:20, 2:35 y con bastante frecuencia se han dado juegos de 2:45 y 2:50. Los que pasan de tres horas son los de muchas anotaciones”, dijo el coordinador de arbitraje de la Doble A, Carlos Rey Cotto, a El Nuevo Día.
Entre las medidas ordenadas desde principios de marzo, se concede un máximo de 12 segundos a los lanzadores para hacer sus envíos sin corredores en base, y se limitarán las salidas de los jugadores en el cajón de bateo. De no cumplir con la regla, se le adjudicará un strike en el conteo al bateador.
Después del tercer retirado, el equipo que terminó su turno ofensivo tiene un minuto y 45 segundos para entrar al terreno y estar listo para seguir la acción. De lo contrario, se le acredita una bola al bateador, o un strike si es el bando ofensivo el causante del retraso. Tampoco se permitirá que los dirigentes discutan conteos, y se les pide que hagan rápidas visitas al montículo, haciendo la señal desde que salgan del 'dugout' en caso de haber cambio de lanzador, entre otras acciones correctivas.
“Por lo menos los equipos y los jugadores están cooperando. Todos tienen el interés de que los juegos sean más cortos y la mejoría se está viendo a grandes rasgos... ha sido un cambio del cielo a la tierra”, subrayó el olímpico Rey Cotto.
La transición de ofensiva a defensiva, a su juicio, ha sido uno de los aspectos de notable mejoría, junto a mayor rapidez en las visitas y cambios monticulares. Confesó, por el contrario, que aún deben enfatizar en la reducción de las salidas de la caja de bateo.
“Ha habido un cambio bien importante. Se ha avanzado mucho con los juegos... y sabemos que va a seguir funcionando. Es buena idea porque se estaban tardando demasiado”, opinó el dirigente de los Mets, Nelson ‘Pamplo’ Sánchez, y Ortiz, padre, también destacó que “se ha mejorado. Ya no se ven tantos juegos kilométricos, por lo menos en esta sección (Metro)”.
Precisó, además, que es necesario aplicar la regla del nocaut en caso de diferencias abrumadoras en el marcador de un juego. Hace un par de semanas, Cidra aplastó 37-1 a Orocovis.
“Si han hecho arreglos para unas cosas, que terminen de hacerlo para otras. Esas palizas desmoralizan a los equipos y a la fanaticada”, puntualizó el mentor de los Llaneros.
En fin, los Llaneros de Toa Baja se tardaron tres horas y un minuto (3:01:00) para vencer 4-1 a los anfitriones Mets de Guaynabo en el Estadio José ‘Pepito’ Bonano, a pesar de que el juego estuvo unos instantes detenidos por la discusión que provocó la expulsión del dirigente visitante, Abner Ortiz, padre, en la séptima entrada.
Nada mal si se toma en consideración que la tendencia normal en el béisbol superior Doble A era de ver desafíos de, al menos, cuatro horas de duración, con suerte.
Tal parece que las medidas adoptadas a principios de la campaña para acelerar el ritmo de los juegos ha tenido buen dividendo, aunque es posible que a los vendedores de las cantinas y a los productores de las transmisiones radiales no le resulte muy simpático.
“Eso va muy bien. Ha habido juegos de 2:15, 2:20, 2:35 y con bastante frecuencia se han dado juegos de 2:45 y 2:50. Los que pasan de tres horas son los de muchas anotaciones”, dijo el coordinador de arbitraje de la Doble A, Carlos Rey Cotto, a El Nuevo Día.
Entre las medidas ordenadas desde principios de marzo, se concede un máximo de 12 segundos a los lanzadores para hacer sus envíos sin corredores en base, y se limitarán las salidas de los jugadores en el cajón de bateo. De no cumplir con la regla, se le adjudicará un strike en el conteo al bateador.
Después del tercer retirado, el equipo que terminó su turno ofensivo tiene un minuto y 45 segundos para entrar al terreno y estar listo para seguir la acción. De lo contrario, se le acredita una bola al bateador, o un strike si es el bando ofensivo el causante del retraso. Tampoco se permitirá que los dirigentes discutan conteos, y se les pide que hagan rápidas visitas al montículo, haciendo la señal desde que salgan del 'dugout' en caso de haber cambio de lanzador, entre otras acciones correctivas.
“Por lo menos los equipos y los jugadores están cooperando. Todos tienen el interés de que los juegos sean más cortos y la mejoría se está viendo a grandes rasgos... ha sido un cambio del cielo a la tierra”, subrayó el olímpico Rey Cotto.
La transición de ofensiva a defensiva, a su juicio, ha sido uno de los aspectos de notable mejoría, junto a mayor rapidez en las visitas y cambios monticulares. Confesó, por el contrario, que aún deben enfatizar en la reducción de las salidas de la caja de bateo.
“Ha habido un cambio bien importante. Se ha avanzado mucho con los juegos... y sabemos que va a seguir funcionando. Es buena idea porque se estaban tardando demasiado”, opinó el dirigente de los Mets, Nelson ‘Pamplo’ Sánchez, y Ortiz, padre, también destacó que “se ha mejorado. Ya no se ven tantos juegos kilométricos, por lo menos en esta sección (Metro)”.
Precisó, además, que es necesario aplicar la regla del nocaut en caso de diferencias abrumadoras en el marcador de un juego. Hace un par de semanas, Cidra aplastó 37-1 a Orocovis.
“Si han hecho arreglos para unas cosas, que terminen de hacerlo para otras. Esas palizas desmoralizan a los equipos y a la fanaticada”, puntualizó el mentor de los Llaneros.
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